Disfrutar del sexo me convierte en chica fácil.
- Cirse
- 31 jul 2015
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 4 nov 2024
Desde que tuve mis primeras incursiones en el tema de mis revolcones lésbicos, no sentí que tenía que cohibirme por nada. Qué tenía de malo estar con una chica si yo no soy closetera pensaba yo y que podría pasarla bien con cuanta chica me atrajera, mas si esto que era tan nuevo. Que podía disfrutar del sexo con chicas nunca significó un tema de gran importancia para mí, quizás también por el hecho de que no había tenido una pareja amorosa por mucho tiempo, lo que hacía más ligero el tema, sin tanta carga emocional. Era algo que quería y aún quiero disfrutar de la manera que a mí me parezca. Y por muchos años disfrute tanto como pude no me convertirá en una chica fácil, porque no tengo pareja. ningún compromiso que me atara pensaba.
Había tenido varias mujeres de manera muy casual. Hoy miro atrás y pienso que podría haber sido un poco más cuidadosa, pero gracias a Dios nunca tuve ningún percance. Mis amigas me veían como alguien que tenía demasiadas relaciones sexuales, como si me la pasara haciéndolo como una máquina. Pero cuando nos poníamos a platicar y me escuchaban, notaban que no era más que algunas experiencias separadas. Por ser liberal en este tema, me veían como una libertina. Llamándome a ser responsable, es que me di cuenta de los prejuicios que se generaban ante mi visión de las relaciones íntimas. Pues para mí era simple sexo sin etiquetas ni royos sentimentales, mi pensamiento estaba enfocada a que no estaba haciendo nada malo pero hay una sociedad y un grupo que te ponen etiquetas En pocas palabras, hice lo que quise disfrute y goce a mi antojo. Cuando sentía que había química y las condiciones dadas, no me cuestionaba mucho un acercamiento mayor. Y disfrutar una noche, una tarde, y luego no importaba. No era mi adicción, no me obsesionaba el tema. Nunca me pregunté si podía confiar en la otra persona o no, para mí iba implícito, pues es un actuar íntimo de un par de horas y después simplemente serán dos desconocidas. Mas eso me había dado una confianza sexual, por qué pensar que me traicionaría la confianza que le di, al verme completamente desnuda y totalmente expuesta, pues no todas piensan así.
Durante estos años me vi desilusionada de distintas maneras sexuales y de personas en las que confiaba y por las que me vi "objetivizada", traduciendo cualquier instancia de amistad en una posibilidad para llevarme a la cama. Pues entonces entendí que el pararme frente al mundo con una mentalidad abierta acerca de mi sexualidad, me hacía ver fácil. O deseable. Al principio era una sensación nueva y debo decir que la disfruté un poco. Pero a la larga solo me hacía pasar malos ratos, porque me sentía poco incomprendida y juzgada. Es como si nadie se atreviera a decir que quiere disfrutar de acostarse con otra mujer, sabiendo que todas lo hacen, incluyendo a quienes pagan por hacerlo. En mis encuentros no había abuso, solo una práctica sexual diferente ya que odio el sexo tradicional, y era un acuerdo de placer entre ambas partes. El pasar un buen rato disfrutarlo y hacerlo placentero. Pero obvio, eso queda atrás cuando piensan que eres fácil. Y las mujeres te juzgan, pensando que cada vez que hablas con una mujer en una disco eso en lo que estás pensando: que te va a ir bien y vas a disfrutar una gran cogida.
Ni siquiera, como dije, tuve muchos encuentros o parejas sexuales en esta etapa. Por eso más ridículo me parecía que se me viera como una especie de ninfómana. Simplemente las personas piensan demasiado y hablan también, más de lo que sabe. Me gustaba perderme en la diversión que esto me causaba y lo hacía con las chicas que me atraían, sin esperar mucho más la mayoría de las veces. Asi que un buen día preferí bajar las revoluciones, y entender que no se podía confiar tan fácilmente, porque alguien eventualmente abriría la boca y podría hablar mal. Y en ese periodo fue que conocí a alguien le conté de mis experiencias. Pensé que se sentiría asqueada, como todas parecían estarlo a veces. Pero ella entendió que no era un asunto de mayor importancia. Que en verdad, tenía mi vida íntima tomada por las riendas, tenía dominada mi sexualidad. Y que no había hecho tanto como todas pensaban, y aun así nadie tenía porqué llamarme fácil. Sigo disfrutando del sexo pero de una manera distinta entendí que podía disfrutar de todo esto con alguien que valiera la pena, que aceptara mis acuerdos. nadie tiene derecho de ponerte una etiqueta y asumir que eres una zorra, cada mujer tiene derecho a disfrutar su propio cuerpo y cada una de nosotras ser nuestra propia juez.

Kommentare